A ti, que aún no te has decidido a llamarte feminista, seas quien seas, esta carta es para tí. Voy a contarte qué significa para mí ser feminista. Ser feminista es luchar contra todo lo que te han enseñado, esta lucha es dura, no te lo voy a negar, pero te juro que merece la pena.
Ser feminista es tomar conciencia de que vivimos en una sociedad machista, y que vas a tener que estar en constante revisión, porque amigui, el patriarcado está tan incluido en nuestras vidas, que sacarlo va a resultar muy difícil. Y primero hay que quitarse la venda de los ojos y aprender a identificarlo. Lo negarás, te resistirás, porque cuando sueltes la venda, nada volverá a ser igual, el patriarcado está en todos lados, y eso incluye a las personas que quieres y también te incluye a ti, y créeme, ese proceso es doloroso.
Pero no te preocupes, luego llega lo bueno (más o menos).
Ser feminista significa libertad, significa aprender a quererte, cumplas o no los cánones de belleza, y perdonarte, perdonarte por todas las veces que el espejo te gritó que no eras suficientemente guapa, suficientemente delgada, suficientemente gorda, que no tenías suficiente pecho, o que tenías demasiado y tú le creíste.
Ser feminista significa reaprender historia, porque descubrirás cosas que ni conocías, mujeres extraordinarias, poetas, escritoras, músicas, científicas, artistas, ...
Ser feminista significa ampliar la familia, tienes un montón de hermanas que ni conocías, pero que luchan a tu lado por un mundo más justo. Una lucha en la que nadie te pregunte si mañana vas a querer quedarte embarazada para conseguir un trabajo. Una lucha en la que nadie dude de tu capacidad como profesional por lo que tengas entre las piernas. Una lucha en la que seas libre para ser quien quieras ser. Para amar a quien quieras amar. Para follarte a quien quieras follarte.
El feminismo me ha dado alas y me ha enseñado a respetar las de quienes me rodean, porque cuando el patriarcado te enseña a odiar a otras mujeres, no hacerlo es revolucionario y te puedo asegurar que sienta fenomenal. Eso no significa que vivas en yupilandia y que no te encuentres a mujeres que pongan a prueba tu sororidad, pero aprenderás a revisarte. Y entenderás que no todo el mundo puede ser de tu agrado, pero eso no implicará juzgarlas por ello.
Pero lo más importante, el día que estás a punto de tirar la toalla, que estás cansada de revisarte, que creas que no vas a conseguir cambiar nada, te darás cuenta de que a tu alrededor todo lo que has hecho ha cambiado tu entorno, y alguien tenderá la mano que te hace falta para que la lucha siga.
Querida persona que aún no se considera feminista, el día que estés preparada, aquí estaremos, para ayudarte y acompañarte en tu lucha. Porque el feminismo es respeto, sororidad, escucha, emoción, aprendizaje y fuerza. La fuerza de millones de personas por una causa justa.
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