Veneno
- Elena Roncero
- 21 nov 2020
- 3 Min. de lectura
Veneno ha sido, con toda seguridad, uno de los grandes estrenos de la ficción española en este año 2020. con esta serie "los Javis" realizan un giro de 180° en su carrera presentándonos una serie dramática, muy alejada del espíritu de Paquita Salas o de su musical La llamada.

En tan sólo ocho episodios, la serie hace un repaso a la biografía de Cristina Ortiz, y aquí está una de las claves del éxito de "Veneno", por primera vez se nos acerca a los espectadores a la persona detrás del personaje. Una mujer marcada por el rechazo de su familia, cuya necesidad de establecer lazos emocionales que suplan los negados durante su infancia, la condujeron en una carrera sin frenos hacia una espiral autodestructiva: relaciones tóxicas, adicciones, intentos de suicidio...pero vamos por partes.
La serie está narrada siguiendo dos líneas temporales: una primera línea en la que podemos ver el encuentro entre Cristina y Valeria, fruto del cual surgirá años más tarde la biografía de la veneno y el desarrollo de la amistad entre ambas y otra en la que veremos cómo se desarrolló la vida de Cristina desde su niñez en Adra hasta su conversión en un juguete roto de la televisión. Una narración que en un primer momento puede parecer caótica pero que llena la serie de ritmo y permite conocer todas las aristas de la personalidad de Cristina Ortiz.
En cuanto a la estructura de la serie también podemos dividirla en dos bloques. mientras que en los cuatro primeros capítulos podemos ver la transición de Joselito a Cristina y la conversión de Veneno en una conquistadora de audiencias, en los otros cuatro podremos ver su caída en desgracia cuando su fama se va apagando, su paso por prisión y, finalmente, su muerte en, cuanto menos, extrañas circunstancias.
Como ya hemos dicho anteriormente, la serie nos muestra a una mujer directa y rotunda delante de las cámaras, pero vulnerable tras los focos. Una vulnerabilidad y necesidad de cariño que los programas del corazón aprovecharon para garantizarse contenido y cuota de pantalla y que, tras sacarle todo el jugo al personaje, convirtieron en una suerte de bufón del que burlarse para más tarde mandar al olvido. Una mujer cuyas parejas traicionaron, expoliaron y maltrataron hasta hundirla en un pozo del que nunca logró salir.
Otro de los puntos fuertes de la serie es su casting. Las tres actrices que encarnan a Cristina son mujeres trans, igual que Lola Rodríguez, actriz que interpreta a Valeria Vegas, han sido elegidas con minuciosidad y mimo, logrando que por momentos parezca que Cristina ha regresado a nuestras pantallas. Interpretaciones que han sido ya galardonadas y que no cabe duda de que seguirán viéndose reconocidas por su extraordinaria calidad.
Finalmente, mencionar el detalle de la aparición de Paca la Piraña, la que fue sin duda en gran apoyo de Cristina en los momentos más difíciles y que se ha interpretado a sí misma. Una muestra más del cariño con el que este proyecto fue ideado y ejecutado.
En definitiva, esta serie refleja cuánto luchó Cristina y le ha dado el lugar que le correspondía a esta lucha. Se colaba en nuestras casas a través de la pantalla, siendo juzgada y menospreciada por romper con los roles establecidos, pero a su vez, fue referente para muchas personas que vivían encerradas en estereotipos que no les definían.
Gracias a ella y a muchas otras personas visibles hoy continúa la lucha por unos derechos necesarios.
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