Con motivo del mes del orgullo he querido darle visibilidad a un tema que quizás no lo ha sido la suficiente.
Es bien conocido por todxs que en los campos de concentración nazis se encerraba a judíxs, presxs políticxs y criminales, pero ¿Sabíais que esto también ocurría con gitanxs, emigrantes, testigos de Jehová y homosexuales?
Estos son los colores que usaban para identificar a lxs prisionerxs según su "delito". Pero vayamos un poco más allá, hagamos un pequeño repaso por la historia.
En 1871 tras la unificación de Alemania, se introdujo un nuevo artículo en el código penal que penalizaba las relaciones sexuales entre hombres, este era el artículo número 175.
En 1929, con apoyo del partido comunista, se produce la abolición de dicho artículo en un comité parlamentario especial. Pero, a finales de este mismo año, el partido nazi obtiene 103 escaños derogándose con ello esta reforma.
A partir de este punto comienza una persecución de este colectivo con diversos puntos que van dinamitando cada vez más hondo cualquier resquicio de libertad:
El 23 de febrero de 1933, con Hitler ya en el poder, se prohíben las asociaciones por los derechos homosexuales.
El 6 de abril, también del 33, los fascistas destruyen el instituto de investigaciones sexuales de Hirschfield.
Ese verano, guardias de asalto empiezan a atacar bares de homosexuales en toda Alemania.
La campaña contra este colectivo se intensifica tras la conocida “Noche de los cuchillos largos”, el 28 de junio de 1934. Las SS detienen a Ernst Röhm y asesinan a la mayor parte de su cuadrilla, acusándolos de “cerdos homosexuales”.
El 24 de octubre de 1934, la Gestapo envía cartas a todas las comisarías de policía ordenando que le entreguen listas con los nombres de todos los homosexuales que conozcan.
El 26 de octubre se crea un departamento especial en la Gestapo, este perseguirá a homosexuales y también a todas aquellas mujeres que intenten abortar.
Esto no son más que los precedentes para lo que a continuación sobrevino, torturas no solo por parte de los nazis encargados de llevar el campo de concentración, sino también por parte de los presos, esos mismos que entre ellos tenían sexo que sí calificaban “de personas decentes” y obligaban a los homosexuales a practicarles todo tipo de actos sexuales.
Uno de los testimonios sobre este tema es el de Joseph K. fallecido el 15 de marzo de 1994, a sus 80 años. Un austriaco que luchó burocráticamente por ser reconocido como represaliado en un campo de concentración durante casi 7 años, y al que jamás se le brindó ayuda alguna. Y es que Joseph no solo sufrió las torturas nazis, sino las de una sociedad que penalizó la homosexualidad hasta 1971 (momento en el que se despenalizó la homosexualidad en su país, Austria), ocultando con ello miles de historias como la suya.
El grupo de música Ciudad Jara con su primer álbum “El último pasillo” también ha querido hablar sobre la persecución de homosexuales en los campos en su canción “Si perdemos te pierdo” en la que habla de un amor que tiene lugar en medio de tanta injusticia. Os la dejaré en la lista de Spotify de recomendaciones por si queréis escucharla.
Si queréis saber un poco más os recomiendo que leáis el libro que habla del testimonio de Joseph K. que os menciono más arriba “Los hombres del triángulo rosa”.
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